miércoles, 18 de abril de 2012
La piedad ( Gregorio Fernandez)
Autor: Gregorio Fernandez
Cronología: 1616
Localización: Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
Material: como es habitual en la escultura española del Barroco, está tallada en madera y posteriormente policromada.
Descripción: Esta obra formaba parte de un conjunto integrado por cinco figuras: Cristo sobre el regazo de Maria, San Juan, Maria Magdalena y los dos ladrones.
Jesús acaba de ser descendido de la cruz y el cadáver descansa en brazos de su madre. María gesticula con una mano,expresando el dolor que la invade; con la otra sostiene a su Hijo, que muerto parece deslizarse.
En el cuerpo de Cristo son patentes las heridas, muestras de su sufrimiento. Esas han sido pintadas de rojo, para dar mayor realismo y dramatismo. El cuerpo presenta un perfecto estudio anátomico y, aunque está idealizado, no se obvian algunos detalles realistas, como las costillas marcadas.
Las telas están talladas con gran maestria y los pliegues aportan movimiento, lo que es propio del Barroco.
Esta piedad se aleja del estático esquema piramidal impuesto por la Piedad renacentista de Miguel Angel. La obra está concebida basándose en la gran diagonal que forma el cuerpo de Cristo, lo cual es característico del Barroco.
Comentario: Esta obra es un paso de Semana Santa encargado por la Cofradia de las Angustias de Valladolid. Por su función y por las caracteristicas antes descritas, esta obra es un ejemplo excelente de la escultura barroca española.
El realismo de los gestos y del desnudo, y la amplitud de los ropajes, con ploegues que provocan acusados cotrastes luminosos, son característicos de su produccion madura.
LECCIÓN DE ANATOMÍA DEL DR. TULP
La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp es un cuadro del pintor neerlandés Rembrandt.
Fue pintado en 1632. Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo, que mide 169,5 centímetros de alto y 216,5 cm de ancho. Se conserva en el Mauritshuis de La Haya (Países Bajos).
Es el primer retrato de grupo pintado por Rembrandt, que tenía entonces 26 años. Fue un encargo del potente gremio de los cirujanos, de los cuales Tulp, famoso médico de Ámsterdam, era un representante eminente. Un cuadro de similares características fue pintado por Thomas de Keyser en 1619.
En 1828, se decidió la venta pública de este cuadro en favor de la caja de las viudas de cirujanos. El rey Guillermo I impidió esta venta y ordenó comprar esta obra maestra para su «gabinete real de pinturas».
Historia y características
El cuadro muestra una lección de anatomía con un grupo cirujanos impartida por el doctor Nicolaes Tulp. El doctor Nicolaes Tulp está representado explicando la musculatura del brazo a profesionales de la medicina. El cadáver es del criminal Aris Kindt (Adriaan Adriaanszoon), de 41 años, ahorcado ese mismo día por robo a mano armada. Algunos de los espectadores son varios patrones que pagaban comisiones por ser incluidos en la pintura.El evento puede fecharse el 16 de enero de 1632: la cofradía de cirujanos de Ámsterdam, de la que Tulp era el anatomista oficial de la ciudad, permitía sólo una disección pública al año, en invierno, para mejor conservación del cuerpo; y éste tenía que ser de un criminal ejecutado. Por ello, las clases de anatomía con disección fueron en el siglo XVII actos poco frecuentes y espectaculares, hasta el punto de convertirse en acontecimientos sociales. Tenían lugar en salas de conferencias que eran realmente teatros; en este caso era el Waag, un «teatro de anatomía». Podían atender a la lección estudiantes, colegas y el público en general, a cambio del pago de la entrada. Los espectadores están vestidos de manera adecuada a una ocasión social tan solemne. Se piensa que, con la excepción de las figuras del fondo y la izquierda, estas personas fueron añadidas a la pintura más tarde.
Además de Nicolaes Tulp están representados también los cirujanos Jacob Blok, Hartman Hartmanszoon, Adraen Slabran, Jacob de Witt, Mathijs Kalkoen, Jacob Koolvelt y Frans Van Loenen. Sus nombres están en la lista que uno de ellos tiene en su mano.
Este cuadro de Rembrandt fue restaurado varias veces y en vida del pintor sufrió varios cambios que pueden observarse en estudios por rayos X. Se pueden observar dos datos médicos interesantes: el brazo diseccionado es más largo que el derecho, por lo que se supone que el modelo es de otro "paciente". Adolece también de un error anatómico, pues el músculo flexor superficial no se inserta en el húmero, en el sitio donde fue pintado. También la mano derecha es distinta y se supone que fue pintada después, de otro modelo.
Falta una persona: el preparador, cuya tarea es preparar el cuerpo para la lección. En el siglo XVII un científico importante como el doctor Tulp no se involucraba en la tarea menor y sangrienta de la disección y tales tareas se dejaban a otros. Es por esta razón que la pintura no muestra instrumentos con los que cortar. En lugar de ello se ve en la esquina inferior derecha un enorme libro de texto abierto, sobre anatomía, posiblemente el de 1543 De Humani Corporis Fabrica (De la estructura del cuerpo humano), de Andrés Vesalio.
Especialistas modernos han comentado la exactitud de los músculos y los tendones pintados por un Rembrandt de 26 años. No se sabe dónde obtuvo tal conocimiento; es posible que copiara los detalles de un libro de texto de anatomía.
El cadáver está tumbado al estilo de Cristo muerto, con lividez cadavérica. La cara del cadáver queda parcialmente en sombra, sugiriendo la umbra mortis (sombra de la muerte), una técnica que Rembrandt utilizaría con frecuencia.
Esta obra está firmada y datada en la esquina superior derecha: REMBRANDT. F[ecit]:1632. Es el primer cuadro conocido en el que Rembrandt firmaba un cuadro con su apellido en lugar de las iniciales RHL (Rembrandt Harmenszoon de Leiden), y esto es un signo de su creciente confianza artística.
En 2006, en el diario neerlandés de medicina (Nederlands Tijdschrift voor Geneeskunde), aparece un artículo en el cual la lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp fue a su vez objeto de una verdadera disección. La disposición anatómica tal como se presenta sobre el cuadro no parece exacta.
Es cierto en todo caso que, si toda lección de anatomía comienza sistemáticamente por una evisceración, ésta de Rembrandt que se concentra en el movimiento de los dedos y la anatomía de la mano oculta un profundo misterio.
El cuadro presenta a todos aquello de lo que se trataba por entonces en el mundo del conocimiento y de los saberes: el movimiento. Movimiento del alma (Descartes, entonces exiliado en Holanda), movimiento de los planetas (Galileo está en pleno pleito en Italia), y también el movimiento del cuerpo.
EL TRIUNFO DE BACO O LOS BORRACHOS.
El triunfo de Baco es una pintura del español Velázquez, conservada en el Museo del Prado desde 1819. Es conocida popularmente como Los borrachos. Óleo sobre lienzo, estilo Barroco, tema mitológico.
El cuadro lo pintó algunos años después de su llegada a Madrid procedente de Sevilla, poco antes de su primer viaje a Italia. En la capital Velázquez pudo contemplar la colección de pintura italiana del rey y quedar impresionado por los cuadros de desnudo que tenía la colección así como por el tratamiento del tema mitológico.
La obra aparece mencionada por primera vez, con el título de «pintura de Baco», en una cédula de Felipe IV fechada el 22 de julio de 1629 ordenando a su tesorero general el pago de 100 ducados por la pintura «que [Velázquez] ha hecho para mi servicio».
El tema
El cuadro describe una escena donde aparece el dios Baco que corona con hojas de hiedra, a uno de los siete borrachos que lo rodean; podría tratarse de un poeta inspirado por el vino. Otro personaje semimitológico observa la coronación. Algunos de los personajes que acompañan al dios miran al espectador mientras sonríen.En ella se representa a Baco como el dios que premia o regala a los hombres el vino el cual libera de forma temporal a los hombres de sus problemas. En la literatura barroca, Baco era considerado una alegoría de la liberación del hombre frente a su esclavitud de la vida diaria. Puede que Velázquez realice una parodia de dicha alegoría, por considerarla mediocre. El dios esta metido en la obra como una persona más dentro de la pequeña celebración que se representa pero proporcionándole una piel más clara que a los demás para reconocerlo con mayor facilidad.
La escena puede dividirse en dos mitades. La de la izquierda, con la figura de Baco muy iluminada está cercana al estilo italiano inspirado en Caravaggio. Baco y el personaje que queda detrás aluden al mito clásico y están representados de la manera tradicional. Destaca la idealización en el rostro del dios, la luz clara que lo ilumina y el estilo más bien clasicista. La parte de la derecha, en cambio, presenta a unos borrachines, hombres de la calle que nos invitan a participar en su fiesta, con un aire muy español similar a Ribera. No hay en ellos ninguna idealización, sino que presentan rostros avejentados y desgastados. Tampoco se mantiene en este lado la clara luz que ilumina a Baco, sino que estas figuras están sumidas en un claroscuro evidente. Además, lo trata con una pincelada más impresionista. En esta obra, Velázquez introduce un aspecto profano en un asunto mitológico, en una tendencia que cultivará aún más en los siguientes años.
Hay varios elementos que dan naturalismo a la obra como son la botella y el jarro que aparecen en el suelo junto a los pies del dios, o el realismo que presenta el cuerpo de este. Jugando con los brillos consigue dar relieve y texturas a la botella y al jarro creando un parecido con el bodegón. Estas jarras son muy similares a las que aparecen en cuadros pintados por Velázquez durante su etapa sevillana.
LA RONDA DE NOCHE
La ronda de noche o La
ronda nocturn es el nombre por
el que se conoce comúnmente a una de las más famosas obras maestras del pintor holandés Rembrandt,
pintada entre 1640 y 1642. Ésta es una de la
joyas de la exposición permanente del Rijksmuseum de Ámsterdam.
Título
Aunque el título del lienzo como La ronda de noche está históricamente consolidado, su
nombre original fue La
compañía militar del capitán Frans Banning Cocq y el teniente Willen van Ruytenburg.
Éste, que quizá fuese su verdadero título, fue descubierto gracias a la
inscripción hallada en un boceto
preparatorio:
El origen de este título surge de una
equivocación de interpretación, debida a que, en esa época, el cuadro estaba
tan deteriorado y oscurecido por la oxidación del barniz y la suciedad acumulada, que sus
figuras eran casi indistinguibles, y parecía una escena nocturna. Después de su
restauración en 1947, donde se eliminó
este barniz oscurecido, se descubrió que el título no se ajustaba a la
realidad, ya que la acción no se desarrolla de noche sino de día, en el
interior de un portalón en penumbra al que llega un potente rayo de luz
que ilumina intensamente a los personajes que intervienen en la composición.
Representación
La obra fue un encargo de la Corporación de Arcabuceros de Ámsterdam para decorar laKloveniersdoelen,
sede de la milicia. Debido a esto, Rembrandt usó monumentales dimensiones para
el lienzo.
En ella aparece la milicia del capitán Frans
Banning Cocq en el momento en el que éste da la orden de marchar al alférez
Willem van Ruytenburch. Detrás de ellos aparecen los 18 integrantes de la
Compañía, Rembrandt cobró 1600 florines por este cuadro.4 Al ser la compañía de arcabuceros una
institución municipal, La
ronda de noche sigue siendo propiedad
del Ayuntamiento de Ámsterdam.
Los personajes aparecen captados por el pintor
holandés tal y como los pudo contemplar en numerosas ocasiones en el momento en
que a diario la compañía se preparaba para formar y salir a continuación
ordenadamente para recorrer la ciudad en su misión de vigilantes del orden.
Además, en el cuadro aparecen tres niños corriendo y un perro que animan la
escena.
La escena de la compañía forma parte fundamental
de la tradición holandesa de retratos colectivos que surgió en la llamada
"Edad de Oro del arte holandés".
Personajes
principales
§
Capitán Frans Banning Cocq (1605 – 1655?): capitán de la
compañía y figura central que vertebra los ejes del cuadro. Con la mano indica
la orden a su teniente y la alarga al espectador, incluyéndolo en la escena.
Pese a evitar un orden jerárquico en la distribución de los miembros de la
milicia, Rembrandt le otorga la posición predominante que su cargo le reserva.
§
Teniente Willem van Ruytenburch: teniente de la compañía, es el que
recibe la orden de preparar la compañía para la formación. Ruytenburch era de
baja estatura, y, para que no quedara muy disminuido junto al gigantesco
capitán Cocq, Rembrandt lo realza empleando en su uniforme un tono amarillo al
que hace vibrar iluminado por un rayo de sol.
§
La niña: es un personaje clave en el cuadro, por ser el único femenino y
servir de foco de luz. La niña no se encuentra en penumbra y las sombras no la
tocan. Parece un espectro que poco tenga que ver con el resto de personajes.
Por esta inusual cualidad, muchos críticos ven en la niña un retrato de Saskia van Uylenburgh (1612 - 1642), primera esposa del
pintor, que murió prematuramente en el año en que fue pintado el lienzo,
posiblemente de tuberculosis.
Saskia era habitual modelo de muchos de los retratos del autor. Viste un traje
amarillo limón y en la cintura le cuelga un gallo blanco con pinceladas azules.
Éste era el emblema de la compañía, que Rembrandt representó de esta singular
manera, en sustitución del habitual blasón de este tipo de retratos colectivos.
Estructura
Rembrandt se apartó de lo convencional, evitando
una escena estática y formal, y generando, en cambio, una de acción, más del
gusto del Barroco imperante.
Muestra a los soldados apurados para embarcarse
en una misión (que tipo de misión, o si se trataba de un patrullaje ordinario
es todavía motivo de discusión). Este ordenamiento es completamente original y
constituye un nuevo modo de concebir el retrato colectivo. Su estilo causó la
contrariedad de algunos miembros de la milicia, que por su ubicación en el
fondo de la escena son difícilmente distinguibles. A diferencia de cuadros de
la misma temática, en que la disposición de las figuras siguen un orden
jerárquico preciso, el pintor basó la colocación de los personajes únicamente
en razones plásticas.
Sin embargo, la composición aparentemente
desordenada está en realidad construida de un modo racional según los dos ejes
medios del rectángulo que conforma el lienzo:
§
Eje horizontal: Determina el telón de personajes que sirve de apoyo a las
dos figuras principales, en primer plano. Los cuatros personajes con trajes de
colorido característico dominan el grupo central, dirigiendo la mirada del
espectador hacia ellos mismos.
§
Eje vertical: Determina la posición del capitán con su traje negro, que
se ve apoyado por la figura aneja del teniente, éste de amarillo claro. Esta
dos figuras hacen que la escena quede centrada, girando a su alrededor el resto
de componentes.
§
Las diagonales que forman la larga lanza y el asta de
la bandera se cruzan en el centro luminoso de la escena, encuadrando los tres
grupos de personas con una línea imaginaria, quedando los dos mandos de la
compañía en la posición preponderante de la escena.
La sensación de espacio en diferentes niveles:
el de la penumbra del portalón, el de la calle radiante de sol y el del
observador, se asemeja a otros juegos compositivos típicamente barrocos como se
pueden encontrar en Las Meninas de Velázquez o en El jardín del amor de Rubens.
Color
y luz
El dibujo, apenas esbozado, queda disminuido por
la importancia del color y la luz, siendo poco nítidos los contornos de las
figuras.
Influido por Caravaggio,
Rembrandt usa el tenebrismo y el claroscuro,
creando fuertes contrastes entre la penumbra y la luz. La luz proviene de la izquierda,
según la dirección de las sombras proyectadas. Esta luz, a pesar de su
concepción realista que ilumina y destaca a ciertos personajes y relega a otros
a la sombra. En ocasiones parece que nace del interior de las figuras, como en
el caso de la niña que corre. La iluminación es la gran protagonista de este
cuadro, porque recrea una atmósfera mágica de penumbras doradas, sombras
envolventes y luces cegadores.
El color está aplicado con pinceladas
espontáneas. El cromatismo del lienzo se desarrolla en tonos cálidos de las
tierras y los ocres, con las excepciones del rojo del echarpe de capitán y del
soldado del largo arcabuz a su derecha y del blanco ocre de la chica, detrás, y
del uniforme del lugarteniente. Usa tonalidades opuestas para contrastar como
el uniforme claro y oscuro de las dos figuras centrales, el negro riguroso del
capitán resaltando el blanco de su golilla o incluso el tono dorado de la
penumbra en contraste con las caras iluminadas.
Ubicación
El emplazamiento original para el que fue
pensado el lienzo fue el Groote
Zaal, Gran Salón, del Kloveniersdoelen,
sede municipal de la Compañía de Arcabuceros de la capital holandesa. En 1715, La ronda de noche se trasladó al Ayuntamiento de
Ámsterdam en la plaza Dam.
Sus grandes dimensiones hicieron que fuese mutilado en esta época cuando le fue
cortada una franja en el lateral izquierdo y superior, eliminando a tres de los
personajes de la escena.
La ronda de noche estuvo oculta durante cinco años siendo su último
emplazamiento un búnker en el subsuelo de la capital del Limburgo. Fue separada de su marco y enrollada
en un cilindro. El 25 de junio de 1945, La ronda de noche volvió a Ámsterdam, siendo restaurado
en el taller del Rijksmuseum.
Vandalismo
Aparte de la mutilación del siglo XVIII, La ronda de noche ha sido objeto de algunos ataques
vandálicos. El 14 de septiembre de 1975, un desequilibrado
mental atacó la obra con uncuchillo haciéndole
numerosos cortes en zig-zag.7 El lienzo fue restaurado con éxito,
aunque aún pueden apreciarse in situ las huellas de este atentado. En 1985, un visitante del
museo roció la pintura con un spray de ácido que llevaba oculto. La rápida
intervención de los guardias de seguridad y el agua que le fue pulverizada
neutralizaron el ácido que afortunadamente no llegó a tocar el lienzo y sólo
dañó el barniz. De nuevo, la obra fue restaurada por completo.
La
ronda de noche en el Barroco
La ronda de noche es una de los cuadros más representativos
de la obra pictórica de Rembrandt, por las novedades compositivas y técnicas
que aporta. Es la aportación del genio holandés a la pintura barroca. No es el
único retrato colectivo que realiza Rembrandt, y aunque relevantes, el autor prefirió
los retratos unipersonales y de pequeñas dimensiones (entre ellos sus autorretratos).
El siglo XVII fue
una época de grandes cuadros compuestos por numerosos personajes siguiendo la
tipología del Barroco. Cercanos a Rembrandt, trabajan otros grandes genios
de la pintura como Peter Paul Rubens o Frans Hals, que realizaron grandes telas con retratos
colectivos.
Curiosidades
La ronda de noche ha inspirado a numerosas obras
posteriores. Ya en su época fue tremendamente popular y se realizaron algunas
copias, gracias a las cuales conocemos su aspecto originario antes de todas sus
alteraciones.
EL MARTIRIO DE SAN FELIPE
El martirio de San Felipe es un lienzo del pintor español José de Ribera (1591-1652), una de las grandes obras
dentro de su producción pictórica. Pertenece a la escuela española del siglo XVII.
Análisis
del cuadro
Durante un tiempo se pensó que representaba el
martirio de San Bartolomé, pero no se encuentra aquí el
gran cuchillo con el que suele representársele,
alusivo a que fue desollado vivo. Por eso se acabó considerando que se trata de
san Felipe.ni
La escena representa los preparativos para el
martirio del Santo, descrito en su leyenda por Santiago de la Vorágine. Según dicha leyenda,
murió crucificado pero no sujeto por clavos sino amarrado con cuerdas. La
composición de la escena está realizada geométricamente,
sobre líneas diagonales y verticales. Ribera emplea aquí el escorzo de manera bastante violenta. El Santo
está pintado con una gran fuerza mística, en actitud de abandono, y con un
estudio del desnudo magnífico. La luz ilumina su rostro, revelando
sufrimiento y resignación. Los contrastes de luz y sombras de su cara potencian
el dramatismo.
Los sayones que le sujetan para izar el cuerpo
se ven en primer término; uno de ellos ayuda sujetando las piernas. A la
derecha hay un grupo de personas que curiosean la escena y parece que la
comentan. A la izquierda por el contrario las personas que aparecen están
ajenas a lo que sucede; en este grupo hay una mujer que sostiene en sus brazos
un niño pequeño y que mira hacia el espectador, poniendo el contrapunto tierno
y delicado a la crueldad que domina el resto de la escena.1 Algunos críticos han querido ver en
esta figura una alegoría de la Caridad.
Es una obra de madurez del pintor, a juzgar por
el tratamiento del colorido, los toques de pincel y el espléndido desnudo. Es
menoscaravagista que en obras anteriores, dotando al
lienzo de mayor luminosidad. Se ha apuntado la posibilidad de que le hayan
influido pintores más clasicistas como Guido Reni o Domenichino.
El cromatismo se aleja de los tonos terrosos propios del barroco español,
acercándose más a la influencia veneciana..
El crítico Eugenio D'Ors llegó a decir de esta obra que por su
vistosidad era «casi, casi, como un ballet ruso».
Se encontraba en el antiguo Alcázar de Madrid y se piensa que fue un encargo de Felipe IV, que quiso tener así a su patrón. En
la actualidad se encuentra en el Museo del Prado de Madrid.
José
de Ribera: El martirio de San Felipe, 1639
Técnica:
Óleo sobre lienzo.
Estilo:
Barroco
Dimensiones:
2,34 x 2,34 m
Museo
Nacional del Prado, Madrid, España
EL MARTIRIO DE SAN FELIPE
Durante mucho tiempo fue interpretado como San Bartolomé,
pero no lleva su atributo / el cuchillo con que fue desollado), en cambio San
Felipe no fue crucificado en la cruz sino atado a ella. Pudo ser un encargo del
rey Felipe IV.
Representa el martirio de San Felipe, apóstol que
predicó en la ciudad de Gerápolis, Asia Menor, y fue crucificado.
Al igual que Caravaggio en su Crucifixión de San Pedro Ribera
representa a San Felipe como un hombre cualquiera, relativamente joven, con la
angustia y a la vez la resignación mística ante la tortura que le espera,
escrita en el rostro y un cuerpo con pormenorizado estudio anatómico.
Los esbirros que le levantan están concentrados en su
actividad. Los espectadores, unos con indiferente curiosidad y cierto
clasicismo a la izquierda, a la derecha un soldado cansado, apoyada la
cara sobre su mano mira a los que trabajan. Gran naturalismo en general.
El santo colocado en diagonal atado al palo que con el
tronco vertical que recorre el lienzo, forma una cruz. Es el centro de la
composición y la figura con más luz, contrastada con la oscuridad de los
verdugos. En la parte de abajo, en contraste tenebrista En cambio el fondo no
está en penumbra como la crucifixión de Caravaggio u otras composiciones
tenebristas del propio Ribera, sino que es un cielo con nubes.
Igual que Caravaggio lo hacía en muchas de sus
composiciones, Ribera introduce un rojo fuerte, en este caso en el
esbirro agachado, que aumenta el dramatismo.
El martirio está ocurriendo en un primer plano, en un lugar
alto con espacio reducido. El volumen además de con el modelado lo marca con
escorzos pronunciados como con la figura de rojo y la pierna de la figura con
el pañuelo en la cabeza.
Ribera en este caso, como todos los pintores españoles, se
puso al servicio de las ideas de Trento.
martes, 17 de abril de 2012
LA FRAGUA DE VULCANO
FICHA ARTISTICA
Autor: Diego Rodríguez de Silva y Velázquez.
Obra: La Fragua de Vulcano.
Año: 1630.
Estilo : Barroco.
Soporte y Técnica: Oleo sobre lienzo ( 223 x 290 ).
Tema: Mitológico, la comunicación a Vulcano del adulterio de su
esposa.
Dibujo: El dibujo , es decir las formas predominan sobre los
colores.
Color : Utilización de colores cálidos en los primero planos y
fríos en los alejado.
Luz: La luz tiene un sentido concreto y muy bien ideado,
viniendo la luz desde la izquierda para resaltar a los dos personajes mas
importantes sin que les tape ninguna sombra.
Composición : Este cuadro esta organizado al rededor de la figura de
Vulcano, pero todos los herreros miran hacia el Dios Apolo.
Profundidad: Muy realista mediante la degradación de los colores y la
luz.
Localización: Museo del prado
Primer Destino: Posiblemente la academia italiana de Bellas Artes.
COMENTARIO DEL CUADRO
Fue pintada seguramente en 1630 durante el
primer viaje a Italia, junto con la pareja La
túnica de San José del
monasterio de El Escorial, Velázquez tenía 30 años cuando realizo este cuadro,
que llegaba en un momento espléndido, cuando más estaba aprendiendo con sus
contemporáneos de toda Europa, este cuadro fue el que le consolidó por decirlo
de alguna forma aunque ya había hecho numerosos retratos ha infantes y
personajes de la época.
Este es uno de los escasos cuadros de tema
mitológico que pinto Velázquez tras su primer viaje a Italia, donde aún se
respetaba las creencias politeístas.
Este cuadro es así de importante por los
importantisimos estudios de la forma de la anatomía humana, por el estudio de
la luz haciendo posible un refinado juego de luces ; la fragua, el yunque,
la cabeza de Apolo y el vano del fondo. Impresionantemente fue capaz de crear un
conjunto de actitudes, a medio camino entre la autenticidad de los gestos de
cada personaje, y el ya nombrado e importantisimo estudio de la composición de
las formas en cuadro. Los gloriosos cuerpos desnudos, haciendo un alarde de sus
conocimientos anatómicos variados, denotan al tiempo la maestría del autor,
poniendo una vez más de manifiesto sus conocimiento recién adquiridos de la
pintura del clasicismo boloñés, siendo por lo tanto su obra marca por un estilo
más italiano si cave.
Es la primera obra de este genero que ejecutó
y en ella conjuga perfectamente la fábula con lo real. Logra Velázquez dar la
sensación de instantaneidad, del preciso momento en el que Apolo entra en el
taller en el taller del dios herrero Vulcano y le anuncia que su esposa Venus,
le ha engañado con Marte dios de la guerra; el asunto que podía prestarse a
interpretación jocosa o burlesca con el tema de marido engañado, está dibujado
por Velázquez con dignidad y respeto, que únicamente comunica a lo espectadores
la sorpresa y apenada indignación en los protagonistas.
El tema cuadro no es nada importante tiene la
cotidianeidad de los cuadros de Velázquez elegantemente simplificada.
El dios Apolo centra la atención de la escena
e incluso su imágenes más pulida y exquisita que la del resto de los
personajes; la luz modela las figuras y hace brillar la musculatura de los
herreros.
El color se ha ido aclarando con respecto a
los anteriores cuadros del autor, ya no tiene ese tenebrismo peculiar del
pintor que en esta obra utiliza una gama de colores exquisitos castaños y
grises que perduraran en las obras posteriores.
Como si tuviese una fotografía, todos los
personajes, quedan disecados en un fugaz momento, de absoluta naturalidad.
Excepto el aura de Apolo, todo el cuadro pertenece al mundo de lo humano: La
fealdad de Vulcano,(que por cierto su cuerpo es el de un hombre más joven que
el rostro, un peculiaridad de el estilo de Velázquez) la corporeidad de los
herreros. El rostro de Apolo también tiene un punto de divinidad, pintado en
bellas formas luminosas. Luces y volúmenes se conjuga armoniosamente y tanto el
dibujo y el color han sido cuidados cuidadosamente, como resultado del esfuerzo
de Velázquez por imponer el estilo de la escuela del siglo XVII italiano. Unas
de las facetas mas celebrada de esta obra es su composición y la facilitación
entre los personajes que forma la escena en posturas sueltas.
Esta será la segunda ocasión en que el pintor
sevillano se empeñe en los temas del desnudo, tratan de hacer estudio de
brazos, musculatura y la calidad de piel, todo ello muy acorde con la moda de
la época.
A principios del siglo XVIII esta pintura se
encontraba en el Buen Retiro, de donde paso al palacio nuevo y, más tarde, al
Museo del Prado.
PERSONAJES
VULCANO :
Es la divinidad itálica del fuego,. Fue
asimilado al dios griego Hefesto y adopto su mitología : hijo de Zeus y
Juno. Feo y desforme, al nacer lo precipito desde lo alto del olimpo y quedo
cojo, su esposa era Venus, Vulcano realizaba junto a los cíclopes las armaduras
de los dioses en los subterráneos del volcán Etna. Difundió entre los humanos
el arte de trabajar con los metales.
EL JUICIO DE PARIS
Zeus
organizó un banquete para celebrar la boda de la diosa Tetis con
el mortal Peleo, pero se olvidó de invitar a Eris, la diosa de la
discordia. Eris se presentó en la boda y, sin que nadie la viera,
dejó una manzana de oro con la inscripción «para la más
bella». Tres diosas reclamaron la manzana: Hera, Atenea y
Afrodita y pidieron a Zeus que juzgase cual de las tres era la más
bella. Zeus, temeroso de enfadar a las perdedoras, no se atrevió
a elegir a ninguna. Decidió que el mortal Paris que siempre había
vivido en el campo, alejado del mundo y de las pasiones humanas
actuara como juez de aquel singular concurso de belleza.
Un día
que Paris estaba cuidando el ganado en la montaña, se le
acercaron Hera, Atenea, Afrodita acompañadas de Hermes, el
mensajero de los dioses, que le explicó que había sido designado
por Zeus para que eligiera a la diosa más bella.
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Tras bañarse en el manantial del monte Ida, las diosas se desnudaron ante Paris para mostrarle sus encantos. Las tres le parecieron igual de hermosas. Cada una de las diosas le ofreció una recompensa si la elegía. Hera, esposa de Zeus, el poder sobre las tierras de Europa y Asia, Atenea, diosa de la inteligencia y de la guerra, le ofreció la victoria en las batallas y Afrodita, diosa del amor y la belleza, el amor de la mujer más bella del mundo. Paris sabe que las dos diosas que no resulten elegidas se enfadarán con él, pero no puede declinar su responsabilidad como juez. Deslumbrado por la belleza de Afrodita le entrega la manzana. Desde entonces Afrodita se convierte en la gran protectora y benefactora de Paris y de su pueblo, mientras que Hera y Atenea, ofendidas, juran vengarse. |
Ficha
técnica:
Autor:
Peter Paul Rubens
Fecha:1639
Museo: Museo del Prado
Características:199 x 379 cm
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo: barroco
Fecha:1639
Museo: Museo del Prado
Características:199 x 379 cm
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo: barroco
Por
la correspondencia existente entre Felipe IV y su hermano, el
cardenal-infante
Don Fernando,
sabemos que en 1638 Rubens estaba trabajando en el Juicio de Paris,
aunque los achaques de la gota que sufría el maestro no le
permitieron finalizarlo hasta el año siguiente. Enviado a Madrid y
colocado en el Palacio del Buen Retiro, fue muy apreciado por todos
los que lo contemplaron, igual que ocurrió en Amberes. La obra
ejercerá una importante influencia en el Barroco
Español,
en el que Rubens será un punto de referencia fundamental. El maestro
recoge el momento en el que Paris, hijo de Priamo, rey de Troya, toma
la manzana que le da Mercurio para que se la entregue como premio a
la diosa más bella. Las tres diosas habían intentado previamente
comprar la decisión del joven príncipe con diferentes
ofrecimientos. La que consiguió convencer a Paris fue Venus al
entregarle la mujer más hermosa del mundo, Helena -la esposa de
Menelao- originando así la Guerra de Troya. En el cuadro aparecen,
de izquierda a derecha, las tres diosas con sus respectivos
atributos: Atenea con sus armas, Venus acompañada de Cupido y Juno
con su pavo real. Sobre ellas se sitúa un amorcillo (ángel) que
corona a Venus, anticipando la elección del joven. La escena que
recoge el episodio previo a este Juicio de Paris la realizó Jacob
Jordaens
y
se titula las Bodas de Tetis y Peleo, guardándose también en el
Museo
del Prado.
Para realizar la obra, Rubens empleó un esquema basado en Rafael,
manifestando su amor por el arte del Cinquecento.
Todas las figuras se disponen como en un friso clásico, igual que en
el Rapto
de Deidamia
u
otras imágenes para la Torre de la Parada, esquema muy apreciado por
el maestro en estos últimos años de su vida. Sin embargo, la
composición ha sido cerrada al colocar las figuras de los extremos
enfrentadas para conseguir el equilibrio. Al fondo contemplamos un
paisaje en el que se encuentran las ovejas de Paris, ya que su padre
había sido advertido de que causaría la ruina de su país por lo
que consideró prudente alejarle de la corte troyana. Las diosas
están resaltadas por la luz y la técnica transparente (con
colores diluidos en agua.)
utilizada por el pintor. Sus bellos cuerpos desnudos nos ponen de
manifiesto el canon de belleza femenina durante el Barroco,
mientras que en los cuerpos masculinos observamos una clara
referencia a Miguel
Angel.
La sensualidad que ha sabido captar Rubens en sus tres diosas fue
peligrosa ya en su momento al decir el cardenal-infante que la única
falta del cuadro era estar las diosas demasiado desnudas.
Posteriormente, en el reinado de Carlos III, el cuadro estuvo a punto
de ser quemado al considerarlo impúdico. Dicen que la figura de
Venus es retrato de su mujer.
Composición:
Está armada en 2 grupos, a derecha e izquierda, ubicados en una misma línea, marcando las zonas por medio de masas de luz y sombra:a la derecha más claro, a la izquierda más oscuro, acompañados por árboles que hacen de marcos, a los lados de cada grupo. Sin embargo, la figura de Venus, en el centro, funciona como un eje de simetría, con lo cual los grupos quedan claramente separados a los lados de ella. Esta figura central está en posición casi vertical, mientras que a derecha e izquierda, las figuras poseen movimientos orientados hacia el centro, sobre todo la figura de Paris (con la manzana de oro) y la figura femenina más externa.
Profundidad:
Si bien los grupos ocupan un gran sector del 1º plano y en una misma línea, la profundidad está señalada por el paisaje, claro y profundo, que se vislumbra por en medio de ambos grupos.
Claroscuro/iluminación:
A pesar de ser un pintor barroco, Rubens es muy respetuoso de las formas, las cuales enfatiza por medio de la luz: las figuras de las diosas están definidas mediante la luz, más que por el claroscuro. Sus contornos son muy claros, en contraste con el fondo oscuro de la vegetación. Las figuras son más bien cerradas que abiertas. En cambio utiliza la luz y la sombra para resaltar las figuras de las diosas,en contraste con los cuerpos masculinos, más oscuros. El fondo es luminoso, mostrando una iluminación diurna, pareja, a diferencia del primer plano, que parece iluminado por una luz más focal, menos natural. Ese fondo más claro acentúa la profundidad espacial.
Volumen:
Rubens
se interesa por marcar el volumen en sus figuras, que por cierto
tienen formas muy contundentes, propias de su estilo. Señala
claramente las partes anatómicas mediante un sombreado
suave.
Color:
La paleta barroca (y la de Rubens) es una paleta de colores preadominantemente cálidos: rojos, naranjas, dorados, marrones.
Movimiento:
Los cuadros más típicamente barrocos son, en general, más dinámicos: prevalecen las diagonales, las espirales, el abigarramiento de figuras. En el caso de este cuadro de Rubens, todo está muy claro: no son demasiadas figuras, y todas son claramente identificables. Por otro lado, los movimientos diagonales u oblícuos que existen, tienden hacia el centro, con lo que el equilibrio se restablece.
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